Influencers con título en China, una medida que busca frenar la desinformación en salud

La nueva regla para los influencers chinos

El gobierno de China ha implementado una regulación que marca un cambio importante en el entorno digital.
A partir de ahora, los creadores de contenido deberán contar con formación comprobable si desean hablar de temas considerados profesionales, como medicina, derecho, educación o finanzas.

La medida, impulsada por la Administración del Ciberespacio de China (CAC), busca combatir la desinformación y proteger a la población de consejos falsos o no verificados. En el ámbito de la salud, donde la información médica sin evidencia científica se ha vuelto común, esta iniciativa pretende elevar el nivel de credibilidad de los contenidos.

Un paso contra la desinformación en temas de salud

Las plataformas digitales como Douyin (versión china de TikTok) y Weibo estarán obligadas a verificar los títulos o certificaciones de los creadores que publiquen información relacionada con la salud, tratamientos o prevención de enfermedades.

Con esta norma, no cualquiera podrá recomendar dietas, suplementos o terapias alternativas sin respaldo científico. El objetivo es garantizar que la información médica difundida en redes provenga de profesionales reales, reduciendo riesgos como la automedicación, la confusión sobre tratamientos o la promoción de productos sin aval médico.

Posibles beneficios de aplicar esta regulación en otros países

Si políticas similares se adoptaran en otras regiones, como América Latina o Europa, podrían tener un impacto positivo en la salud pública y la educación sanitaria.
Entre los beneficios potenciales se encuentran:

• Mayor credibilidad y confianza en los contenidos sobre salud.
• Reducción significativa de la desinformación médica.
• Reconocimiento del valor profesional de médicos, enfermeros e ingenieros biomédicos.
• Promoción de una cultura digital responsable basada en evidencia científica.

Sin embargo, también surgen interrogantes sobre los límites de la regulación. ¿Hasta qué punto una norma así podría afectar la libertad de expresión? ¿Cómo se definiría quién está calificado para hablar de salud?
Estas preguntas abren el debate sobre cómo equilibrar la libertad digital con la responsabilidad sanitaria.

Hacia una comunicación de salud más responsable

China parece haber dado el primer paso hacia una profesionalización de la comunicación digital en temas sensibles.
En un contexto donde millones de personas se informan a través de redes sociales, esta medida podría marcar el inicio de una nueva etapa en la creación de contenido responsable, con respaldo científico y mayor compromiso con la verdad.