Se enamora de su psiquiatra y lo acusa de manipulación (Caso Kendra)

Introducción

En los últimos meses, el caso de Kendra, una creadora de contenido que acusó públicamente a su psiquiatra de manipulación, abrió un debate sobre los riesgos en la relación paciente–terapeuta y el uso inadecuado de herramientas como ChatGPT en la salud mental. Más allá de la polémica, este tema nos invita a reflexionar sobre la ética profesional, los límites terapéuticos y el peligro del intrusismo en la psicología y psiquiatría.

El caso Kendra y la transferencia en terapia

Uno de los conceptos clave que se analizó fue la transferencia, un fenómeno común en psicoterapia donde el paciente proyecta emociones hacia el terapeuta. En algunos casos, esto puede transformarse en transferencia erotizada, llevando al paciente a interpretar gestos neutros como señales de interés romántico.

En el caso de Kendra, la idealización y posterior ruptura con su terapeuta derivaron en acusaciones graves y una narrativa distorsionada que generó desinformación en redes sociales. Esto evidencia la importancia de explicar desde la clínica qué es normal y qué no lo es en la relación terapéutica.

Inteligencia artificial y salud mental un uso con riesgos

Kendra también mencionó el uso de ChatGPT como sustituto de su terapeuta, lo que abre un debate sobre los riesgos de depender de IA en procesos de salud mental.

Aunque los modelos de lenguaje pueden brindar información útil, no sustituyen el acompañamiento clínico. Al usarse sin supervisión profesional, pueden reforzar creencias erróneas o alimentar procesos psicóticos en personas vulnerables.

Intrusismo y coaching sin regulación

Otro punto crítico es el papel del coaching no regulado. Kendra ofrecía programas pagados de “salud mental” sin tener formación certificada, lo cual representa un riesgo para los usuarios.

En salud mental, solo los profesionales capacitados (psiquiatras, psicólogos clínicos y terapeutas con acreditación) deben brindar acompañamiento. De lo contrario, los pacientes quedan expuestos a prácticas dañinas y desinformación.

Aprendizajes para la práctica clínica

De este caso podemos extraer varios aprendizajes:

• La importancia de diferenciar roles entre psiquiatría (enfoque médico y farmacológico) y psicología (terapia de proceso).
• Reconocer y trabajar la transferencia terapéutica como parte del proceso clínico.
• Establecer límites claros en la relación paciente–terapeuta.
• Promover un uso responsable de la inteligencia artificial en salud mental.
• Prevenir el intrusismo profesional mediante educación y regulación.

Conclusión

El caso Kendra no es solo un escándalo en redes, sino un llamado de atención sobre los riesgos del mal uso de la inteligencia artificial, la fragilidad de la relación terapéutica y la necesidad de mantener altos estándares éticos en la atención clínica.