Aire medicinal, oxígeno y aire comprimido
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En la práctica hospitalaria, los gases medicinales forman parte del día a día. Sin embargo, es muy común encontrar confusión entre conceptos como aire medicinal, oxígeno y aire comprimido. ¿Se pueden usar igual? ¿Son lo mismo pero con diferente nombre?
En este artículo te explico las diferencias esenciales entre estos tres tipos de gases, con base en lo que establece la NOM-016-SSA3-2012, la FEUM y las prácticas clínicas seguras. Además, revisaremos su composición, usos y por qué como biomédicos debemos conocerlos a fondo.
Comprender las diferencias entre gases es solo el inicio. La instalación, mantenimiento y verificación de estos sistemas es clave para la seguridad clínica.
Aire medicinal
El aire medicinal es un gas empleado directamente en procedimientos clínicos, como ventilación mecánica o nebulización. Aunque tiene una composición similar al aire ambiental (aprox. 21% de oxígeno y 79% de nitrógeno), su principal diferencia está en la pureza y control de contaminantes.
Características clave:
- Generado por compresores médicos con sistemas de filtrado (partículas, humedad y aceite).
- Libre de contaminantes según la Farmacopea de los Estados Unidos Mexicanos (FEUM).
- Se suministra a través de sistemas centralizados o cilindros, con etiquetado y coloración específica (blanco con negro, según norma).
Dato importante: según la NOM-016-SSA3-2012, el aire medicinal es un insumo para la salud y debe cumplir estándares farmacéuticos. No es aire cualquiera.
Oxígeno medicinal
El oxígeno medicinal tiene una pureza mínima de 99.5%, y es quizás el gas más conocido en ambientes hospitalarios. Se administra en múltiples contextos: desde terapias respiratorias hasta emergencias, anestesia o UCI.
Características clave:
- Se obtiene a través de destilación fraccionada del aire o concentradores.
- Debe almacenarse y transportarse cumpliendo condiciones específicas de presión y temperatura.
- Se considera un medicamento, por lo que su producción está regulada por COFEPRIS y la FEUM.
Es fundamental diferenciarlo del oxígeno industrial, que no cumple los estándares sanitarios. Nunca deben compartirse redes ni cilindros entre ambos.
Aire comprimido
Aquí es donde hay más confusión. El aire comprimido es aire atmosférico presurizado, y no está diseñado para uso en pacientes, salvo que pase por un proceso que asegure su pureza al nivel farmacéutico.
Usos comunes:
- Equipos neumáticos (sierras, taladros, bisturís).
- Automatización hospitalaria (válvulas, puertas, elevadores).
- Limpieza técnica de equipos.
Si bien visualmente puede parecer igual al aire medicinal (incluso se genera con compresores), su uso médico requiere tratamiento adicional y certificación, lo cual rara vez ocurre en aire comprimido técnico.
No debe conectarse aire comprimido a una red médica ni usarse como sustituto del aire medicinal.
Tabla comparativa
Característica | Aire Medicinal | Oxígeno Medicinal | Aire Comprimido |
---|---|---|---|
Composición | 21% O₂ / 79% N₂ | O₂ ≥ 99.5% | Aire ambiental |
Pureza controlada | Sí (FEUM) | Sí (FEUM) | No (salvo que se trate) |
Uso clínico directo | Sí | Sí | No |
Normado por COFEPRIS | Sí | Sí | No |
Aplicaciones | Nebulización, ventilación | Terapias, emergencias | Equipos técnicos |
Normativa mexicana
En México, los tres gases están sujetos a distintas normativas. Como ingenieros biomédicos, es nuestra responsabilidad conocerlas y asegurar que las instalaciones cumplan con ellas.
- NOM-016-SSA3-2012: Regula la infraestructura hospitalaria para gases medicinales. Incluye diseño, colores de tomas, presiones, alarmas y mantenimiento.
- FEUM: Define estándares de calidad para gases como oxígeno y aire medicinal.
- COFEPRIS: Regula la producción, almacenamiento, etiquetado y distribución de gases medicinales.
Como biomédicos, debemos verificar que las redes estén bien identificadas, que los puntos de uso estén etiquetados y que las presiones sean las adecuadas. Un error aquí puede ser fatal.
¿Por qué esto importa?
Porque en un hospital, un gas mal conectado no es solo un error técnico, es un riesgo clínico. Hemos visto casos de pacientes conectados a redes incorrectas, o instalaciones improvisadas que usan aire comprimido en lugar de aire medicinal.
Por eso es fundamental:
- Supervisar instalaciones con base en normativa.
- Capacitar al personal sobre el uso correcto de cada gas.
- Mantener la trazabilidad de los sistemas y cilindros.
Diferenciar entre aire medicinal, oxígeno y aire comprimido no es un tecnicismo: es parte del cuidado del paciente y la seguridad hospitalaria. Cada gas tiene una función específica, y confundirlos puede poner en riesgo la vida de las personas. Como profesionales del área biomédica, tenemos la obligación de conocer, supervisar y garantizar su uso correcto.
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